viernes, 26 de abril de 2013

Judías express con acelgas y chorizo


Os presento un plato de cuchara para aquellos que no tenemos demasiado tiempo que dedicar a los fogones entre días de diario pero que, aun así, no queremos renunciar a estos placeres que nos ofrece la existencia. Debemos aprender a utilizar las opciones que tenemos en las estanterías de nuestros supermercados para facilitarnos el trabajo y que el tiempo corra a nuestro favor.

Para muchos, utilizar conservas o ingredientes precocinados en nuestras recetas es algo así como un sacrilegio, algo como caer en las garras del fast food y de la cocina rasa, indigna de sus estómagos de gourmands de gafas de pasta. Si Ferrán Adriá nos hubiera contado que la base de uno de sus "snaks" era una bolsa de Boca Bits, hubieran desaparecido al día siguiente de todos los stands de las tiendas de chinos de este país. Encontrándonos, posteriormente, con manadas de hipsters por doquier en catas de cortezas de maíz y gin&tonics.

En fin, vamos a lo que nos importa. Vamos a currarnos unas alubias ricas y consistentes en menos que canta un pollo.

Ingredientes (Para numerosos comensales):

1 Bote de alubias blancas cocidas de la marca que más os llame la atención.
400g. de hojas de acelgas y sus pencas bien lavadas y picadas
1/2 Cebolleta
1/2 Puerro
2 Ajos
1 Punta de pimiento verde
1 Punta de pimiento rojo
1 Patata
3 Choricillos frescos
1L. de agua + pastilla de caldo de verduras
1 Cucharadita de pimentón de la Vera al gusto
2 Cucharadas de tomate triturado
Sal
Pimienta
Aceite de oliva V.E.

Pucherismo:

Calentamos 3 cucharadas de aceite de oliva en una cazuela alta y sofreímos en ellas dos ajos enteros con su piel, media cebolleta picada, medio puerro y los pimientos también picados. Una vez haya sudado la verdura añadimos las cucharadas de tomate triturado y la cucharadita de pimentón. Dejamos que desaparezca el agua del tomate, añadimos los choricillos enteros y mojamos con el caldo. Chascamos una patata, añadimos las acelgas más una pizca de sal y pimienta.

Dejaremos cocer unos 10 minutos o hasta que veamos que la patata está tierna. En este momento añadimos la alubias cocidas y dejamos hervir lentamente 2 o 3 minutos más. Pasado este tiempo, recuperamos los choricillos, los troceamos y los volvemos a encontrar con sus compañeros de puchero. Nos servimos unas buenas cucharadas de este potaje en un plato y, junto con una barra de pan, nos lo tragamos como si hubiera casi 7 millones de parados.

Probadlo y ya me diréis si es o no es un plato de recurso bien pertrechado.

¡Salud y viva el gin&tonic! Que conste...

lunes, 8 de abril de 2013

Pollo asado sentado


Antes de nada expresar todos mis respetos hacia las aves de corral en general. No era para nada mi intención ofenderlas asando uno de sus congéneres con una lata de cerveza introducida por el ojete gallináceo.


Esta es una de las maneras más fáciles y más llamativas de asar un pollo. Efectivamente se trata de introducir una lata o un botellín de cerveza en el interior del animal para que al rebosar nos vaya regando y resulte una carne jugosa y llena de sabor. La imagen no deja de ser cómica pero para nada es tontería llevar a cabo esta técnica a la hora de asar uno de estos en casa.

Ingredientes (Para 4 humanos sin alma que no tienen respeto por la fauna):

Un pollo entero limpio
Un botellín de cerveza de tercio o una lata de medio litro
Sal
Pimienta
Tomillo

Elaboración:

Esta probablemente sea la receta más fácil que haya publicado hasta ahora en el blog, vamos a tardar poco en explicarla.

Comenzaremos pasando un soplete al pollo para acabar con los restos de pequeñas plumas que pueda tener. Lo salpimentaremos por dentro y  fuera y lo espolvorearemos con hierbas aromáticas a nuestro gusto. Abrimos nuestra cerveza y la introducimos por la parte inferior del pollo. Procuraremos que la apertura de la cerveza quede lo más cercana al orificio del cuello o que directamente sobresalga por él si es el caso de un botellín. Así conseguiremos que la cerveza riegue el pollo también por su exterior.

Horno precalentado a 180º y asamos por tiempo de unos 50 minutos. Sacamos del horno, retiramos la botella con cuidado de no quemarnos y recogemos la salsa que se ha creado en nuestra bandeja, suma de la  cerveza derramada y la grasa que ha fundido, en un cazo; dejamos reducir a fuego fuerte hasta un tercio de su volumen, hasta convertir el caldo en un jarabe denso.

Despiezamos el pollo, lo acompañamos de unas patatas fritas o de un poco de ensalada y lo salsemaos con el jarabe que nos ha resultado.

Al menos os gustará tanto como el del asador de vuestro barrio. Saludos, y manos a la obra.